lunes, 10 de febrero de 2014

EL ORGULLO

       No existe nada mas dañino en este mundo que el orgullo. ¿Cuantas cosas, personas, momentos y vivencias ha arrebatado de tu vida este concepto egoísta?... La respuesta puede ser interminable; aun así la mayoría de las veces el orgullo es tan atropellador y poco sensible que no discrimina sentimientos, sueños, ni ideales, él arrasa con todo y no le importa nada mas que enaltecerse. A las víctimas de este absurdo, sin darse cuenta, se les pasa la vida intentando resolver el dilema entre sus deseos y la ley insensata que les enseña este voraz sentimiento (si se le puede llamar así), sin embargo, el orgullo es un lenguaje establecido en las relaciones humanas de la gran mayoría de las personas y muy pocas, o mas bien los mártires y los acreedores de un buen corazón evitan la practica de este sistema excluyente de razón.

          Me pregunto cada día si es necesario ser orgulloso y al mismo tiempo evalúo cada ventaja y desventaja que provoca el serlo o no. En resumen a mí me falta orgullo y un montón de cosas más. Se que es bueno perdonar pero nunca establezco un límite para el asunto. Muchas veces olvido demasiado rápido lo que me ha hecho mal y vuelvo a intentarlo con mucho mas ánimo que antes y aunque parezca absurdo debo reconocer que nunca me ha servido de nada tragarme tanto orgullo, es mas ha servido solo para que me pongan el pie encima mas de tres veces seguidas o para funcionar como polola de temporada hasta que comiencen las fiestas y el verano... Me provoca un tanto de risa y un poco de auto abucheo pero haciendo memoria la última vez que celebré un 14 de febrero fue el año 2010 desde ahí en adelante solo me he quedado con los presentes en mano o con los planes caducados y todo gracias a mi absurda insistencia y fe en algo que no puede subsistir de corrido, que está lleno de pausas cada año durante la misma estación calurosa. A lo que voy es que si mi orgullo fuese existente y creciente quizás durante 4 años hubiese podido entregar un regalo o una caricia aquel día en que se celebra el amor, pero NO, he sido una pobre ilusa que cree en el futuro y en la reconciliación. (o tal vez en este momento podría decir que creía en aquellas estupideces). No soy un mártir ni una persona de muy buen corazón, y si quise serlo, hoy mismo me retracto, era mucho mas feliz cuando coleccionaba orgullo y no acumulaba sentimientos en el corazón.